Los talles aumentan, los colores cambian, las faldas se alargan. Sí, no es lo mismo vestirte a los 20 que a los 40. Los consejos de una asesora de imagen para tener un buen vestidor y mostrar, siempre, la diosa que hay en vos.
No sólo la moda y las tendencias cambian. Nosotras y nuestro cuerpo, también. Por eso, a medida que pasan los años, los talles aumentan un poquito, los colores que nos sientan cambian, las faldas se alargan y las prendas se “desajustan”. ¿Cómo armar un vestidor perfecto?
De los 20 a los 30: momento de experimentación
En esta etapa podés experimentar todos los estilos para ver cuál va con tu personalidad. Es el tiempo para jugar con la colorimetría y probar cuáles son los colores que mejor te quedan. Está permitido, también, ser osada un día y romántica al otro. Aprovechá para jugar con los escotes, los largos y los excesos. Durante estos años, el objetivo es lucir todos los estilos posibles para poder encontrar con cual te sentís más cómoda.
A los 30: definí tu estilo
Es tiempo de empezar a invertir y comprar calidad. A esta edad, ya es hora de decir, con tu presencia, quién sos. Un consejo: elegí prendas, calzado y accesorios pensando en el largo plazo. Este es el momento de comenzar a construir nuestro vestidor, ese que crecerá junto con nosotras. Aunque el objetivo es mantener un look fresco y jovial, las prendas deben combinarse de forma más cuidada: es la década en la hay que comenzar a dejar de lado las piezas que te ajustan y las minifaldas muy (¡muy!) cortas.
A los 40: la seguridad y la actitud son esenciales
En esta etapa hay que mostrar lo bueno y esconder lo malo. Los cuerpos se modifican y no por eso tenemos que sentir que ya no somos atractivas. Lo fundamental es conocerse y saber que ya en el cuerpo no esta la plenitud de la belleza y, por ende, la actitud y la seguridad son las armas esenciales. También es fundamental pensar cuándo y dónde te lo ponés. A esta edad buscar la sensualidad y no la sexualidad es una buena regla.
A los 50 y a los 60: sos, sencillamente, con solo tu postura y una mirada
En este momento de la vida hay que priorizar la calidad de las prendas, hay que ponerse menos accesorios, menos maquillaje y estar lo más despojadas posibles. Sabiendo ya quienes somos, nuestra postura corporal, nuestra mirada Y nuestra voz, lo dicen todo. La elegancia es nuestra cualidad esencial.
Fuente:wwwetremujeres.com.ar